CICLOS, DERROCHES Y DISPENDIOS

Ya lo decía J. A. Schumpeter, economista austro-estadounidense, destacado por sus investigaciones sobre el ciclo económico y teorías sobre la importancia vital del empresario, del papel de la innovación y el concepto de destrucción creativa. Para él, las innovaciones de los emprendedores son la fuerza que hay detrás de un crecimiento económico sostenido a largo plazo. Los ciclos económicos son inevitables, el que una fase de expansión va seguida de otra de contracción y así sucesivamente son fenómenos específicos de las economías de mercado. La contracción genera crisis económicas como las de 1929, 1987, 2001 y 2008, entre otras que afecta negativamente a millones de personas, pero para esto existen medidas y reformas que aminoran sus costos económicos a la población con aplicaciones graduales en la forma y efectivas en el fondo. En España lo que se denomina la izquierda siempre han entendido muy mal estos ciclos negativos y comprendido mucho peor como combatirlos, ¿Como se puede explicar que el gobierno saliente con ocho años de hegemonía y aplicando una política económica con medidas de incremento del gasto público para subir la demanda global y estimular el consumo, que en teoría son las medidas que dinamizan la actividad económica y hacen disminuir el paro, hayan destruido empleo hasta valores récord?, pues la respuesta nos la proporciona J.A.Schumpeter, esas inversiones no han ido focalizadas, orientadas a la actividad económica productiva, innovando y adaptándonos a los nuevos tiempos para poder competir y crear sinergias. Si un agricultor alemán y otro español parten con la misma situación, un tractor y un coche viejos, y en el ciclo bonanza de buenas cosechas el alemán adquiere un tractor nuevo última tecnología y se queda con el coche viejo, pero el español hace todo lo contrario se compra un mercedes último modelo y se queda con el tractor viejo; cuando llega el ciclo recesivo no tiene tractor idóneo para poder competir y el mercedes lo tiene que vender por mucho menos de lo que le costó, este es un claro ejemplo (aparte de los derroches, corruptelas y desviaciones de recursos públicos inespecíficos e ineficaces), desde una visión microscópica de lo que ocurrió en España para llegar a la situación de crisis en la que nos encontramos. No hay que esforzarse mucho para darse cuenta que ante la enorme dependencia energética que tiene España que sigue importando el mismo porcentaje de energía (el 77%) que en 1980 (petróleo y gas natural) se realiza una enorme inversión en transporte de pasajeros con el AVE haciéndole pasar por todas las capitales de provincia y deja a un lado el transporte de mercancías por tren, quedando dicha red a años luz de Europa, (el ferrocarril en España mueve únicamente el 4% de la carga, cuando la U.E. lo hace en un 18% de media), es evidente la desfocalización de las inversiones cuando una red de transporte ferroviario de calidad reduciría las emisiones de dióxido de carbono ( CO2 ), ahorraría costes a las empresas y mejoraría la eficiencia española como plataforma logística.

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